Dos mentes diferentes integradas en el mismo encapsulado (no soy un µP)

Hoy mientras vagaba por la calle cargando la decepción de no haber encontrado el regalo para la niña que me gusta (ninguno fue suficiente), me puse a pensar que haré para gustarle, si ella fuera “la chica que me quitó el sueño” (el estereotipo de la niña perfecta para mi) me sería muy sencillo gustarle porque yo seria para ella.

Entonces pensé como podría ser ella "la chica que me quitó el sueño" y yo para ella, la respuesta la encontré en mi mismo, ella era todo lo que yo quería, no era ella el problema; sino que era yo el que debía cambiar. El CETI me hace ser diferente, me ha vendido un pensamiento lógico, que desconoce todo lo abstracto y lo que no se puede medir. Ese pensamiento no me ayudaría a gustarle.

Entonces traté de salir de ese estilo de pensamiento, ver el mundo completo y no solo una cosa a la vez, me di cuenta que volví a ser el mismo antes del CETI, ya no era solo una máquina, sino que podía apreciar muchas cosas más y ser yo mismo en tiempo presente ―espontaneo―, entonces ella fue “la chica que me quitó el sueño” funciono un tiempo, después volví al estado anterior… como si fuera natural...

René-gado y la princesa Casatetos (I)

Había hace mucho rato un pueblito mágico llamado Cetitlán. Cetitlán estaba lleno de personajes singulares como brujos, hadas, emos, nerds, metaleros, poderosos magos y hermosas princesas. Bueno, casi hermosas.

René-Gado, un habitante de Cetitlán, era un hombre solitario, no le gustaba convivir con las personas. Sus botas gigantes hacían sonar sus pasos cuando caminaba de noche por los callejones, usaba unos lentes obscuros y unas pulseras picudas para madrear a los que se atrevieran a molestarlo.

Pero alguien cambiará su parecer, la princesa Casatetos es todo lo que René-gado desearía de una mujer, no es muy bonita pero para René-gado no existe mujer más bella, ella es la única que lo entiende o… por lo menos finge hacerlo.

A Casatetos le gusta jugar a los enamorados y hacer de chivo los tamales aunque no le salga el mono en la rosca, es una mujer inteligente y tiene sus prioridades bien ordenadas: sacar provecho de sus relaciones, después destruir el corazón de sus enamorados. A menudo usa frases como: “eres un gallina” o “come caca” con las que hace sentir mal a los que están con ella.

Pero a René-gado lo hacía sentir muy bien porque solo él le podía ayudar a resolver los maléficos conjuros del mago maldito Arrana, que es el archienemigo de Casatetos y de cualquier princesa, hada o mago del Cetitlán. Cualquier habitante de Cetitlán teme del mago maldito, teme mencionar su nombre por eso lo llaman: “elquejamásjamásnuncadebeserdichosunombre”.

La princesa Casatetos se había construido un control mental para René-gado. Con él, Casatetos le podía ordenar a René-gado lo que fuera de su agrado: “René abrazame”, “René me das calor, ¡quitate de aqui!” o “René ven aqui inmediatamente”. Así René-gado hacia siempre lo que casatetos quería.

René-gado estaba muy ilusionado con la princesa Casatetos, en todo momento quería estar con ella, porque es tal vez la única mujer que le ha hecho caso. Pero yo pensaría 2 veces antes de confiar mis sentimientos en Casatetos.

Si quieren saber que sucedió con René-gado esperen la 2ª parte de la historia.