El árbol del que crece es de una sublime belleza. Aunque pasa desapercibido
todo el año. El árbol solo es bello en primavera, lleno de flores, las hay de
varios colores (blanco, azul) pero el más común es el purpura.
La Flor que se llama Jacaranda es una
flor tubular. Dentro de sus pétalos hay aire, aire de primavera: lleno de ilusión,
de amor. La flor que se llama jacaranda no sabe si es bueno o no, solo lo
tiene, contiene el aire… sin respirar, es un aire que asfixia.
Una suave palmada sobre la flor que se
llama jacaranda basta para llenarla de aire más y más causando terrible dolor
interno que no se cura hasta que explota, podría hacerlo mejor pero lo hace de
la peor forma: violentamente se desgarra desde dentro y salpica alrededor de
ese aire de primavera que aunque es de amor también puede lastimar.
Las cosas no siempre suceden en su orden
natural. A veces aprendemos y después estudiamos, aprender para estudiar y no
siempre estudiar para aprender. Podemos aprender cómo no hacerlo para
equivocarnos después, hacer algo sin saber y después comprender que es malo.
Así somos los humanos.
No cualquiera entendería, incluso mientras lo está haciendo, porque regalar una flor tan pequeña y rota habiendo
tantas idénticas y enteras regadas en el suelo. Para cada quien podría significar algo diferente.